Las misiones diplomáticas se dividen en varias categorías, aunque todas procuran satisfacer el interés, del estado que representan, en el de destino o receptor.
Existen varias categorías de jefes de misiones diplomáticas, que son los máximos responsables de las mismas.
La uniformidad diplomática está regulada en la Orden Ministerial de 3 de octubre de 1997, que establece las características de los trajes masculino y femenino.
El origen del protocolo diplomático se sitúa en 1815, año de celebración del Congreso de Viena.
Las embajadas y misiones diplomáticas cuentan con varios órganos especializados que trabajan, desde diferentes ámbitos, las relaciones bilaterales entre el estado acreditante y el receptor.