Los productos alimentarios, antes de llegar a nuestra mesa, han pasado por muchos procesos y no todos “limpios”. A veces puede ser más sano comer el pez con tres ojos de los Simpsons que un tomate de la tienda de nuestro barrio.
Es cada vez más habitual, pasear por las ciudades y encontrarnos una huerta en un patio, o un balcón lleno de tomates, ¿moda o fomento del autoconsumo?
Con cuatro macetas podemos tener nuestro huerto ecológico en nuestra terraza o balcón.
La lechuga se cultiva desde hace más de dos mil años, y sigue siendo uno de los cultivos más apreciados.
La patata tiene su origen en América del Sur y es uno de los cultivos más populares.
Más allá de la satisfacción de cultivar nuestros propios alimentos y lo saludable que esto es, están los muchos beneficios que nos aporta la huerta. Huertear es terapéutico.
La zanahoria es un cultivo de primavera y otoño.
Los días se han acortado y hay menos luz. ¿Qué vamos a plantar esta temporada en nuestro huerto?
Pastinaca Sativa, ese es el nombre científico de la chirivía. Una hortaliza prácticamente desconocida y, que antes del descubrimiento de la patata, tenía un lugar importante en el consumo habitual de la población.
Queremos que nuestra comida sea saludable y, si bien el huerto nos abastece de muchas frutas y hortalizas, aún no hemos conseguido ser autosuficientes completamente.
El acolchado es una técnica utilizada en agricultura ecológica y se puede hacer con paja, con papel de prensa o con ambos.
Debajo del asfalto hay tierra, y esa es la que tenemos que recuperar a través de los huertos urbanos, en los que mayores y pequeños participan de forma activa.
Podemos comer sano y ecológico fuera de temporada, sólo necesitamos un invernadero que nos permita disfrutar de frutas y hortalizas todo el año.
Llega el otoño, y debemos preparar nuestro huerto para esta nueva temporada en la que disfrutaremos de coles, repollos, acelgas...