Los cambios de peso ayudan al trabajo del equilibrio y a la recolocación correcta del peso del bailarín de ballet clásico.
Para trasladar el peso del cuerpo, de dos pies a uno o de uno a dos, el bailarín debe tener una postura correcta. El cambio de peso debe hacerse sin aparente esfuerzo y que la transición entre un movimiento a otro sea fluida con la ayuda de la respiración, de la elongación de la espalda y de la correcta rotación del en dehors.
El reparto del peso es diferente si estamos sobre un pie, sobre dos, sobre la media punta o sobre la punta.
Cuanto estamos sobre un pie, el cambio de peso termina sobre los dedos sin que la línea de la cadera sobrepase la línea de estos y el talón se levante. De un pie a dos, el peso se reparte entre las dos piernas, sobre el relevé, el peso va hacia los metatarsianos y sobre la punta, sobre la punta de los pies.