Tenemos que elegir una maceta para nuestra planta y hay diferentes materiales y tamaños. La elección es fundamental para su salud.
Las macetas pueden ser de plástico, un material ligero, baratas, de muy variadas formas y si es de buena calidad, resistentes.
Son ideales para plantas que requieren mayor humedad en el sustrato porque no son porosas y el drenaje se produce sólo por los agujeros que dejemos en el fondo del recipiente. Las hay de muchos colores y formas, algunas imitan perfectamente a macetas de barro y apenas se distinguen de éstas, con la ventaja de que son más fáciles de limpiar y transportar.
Los inconvenientes del plástico son que atrapan el calor, especialmente si son de color oscuro o negro, y si no es de buena calidad puede romperse con los cambios de temperatura.
También las hay de cemento u hormigón, son las más duraderas y pesadas, y quizá las más estéticas, porque normalmente son macetones de gran volumen construidos para no moverse de un lugar y con un objetivo claramente decorativo. No son porosas y tienen las mismas características que las de plástico.
Y por último, otros materiales usados son la madera, poco común por los cuidados que requiere al tener humedad de forma constante; el metal, típicas latas grandes reutilizadas como macetones; y otro tipo de plásticos.
La elección de la maceta dependerá del tipo de planta, del lugar en el que estará la maceta, del riego que le vamos a dar y de la calidad del sustrato, ya que cada uno de los materiales tiene inconvenientes y ventajas, por lo que debemos ir probando diferentes macetas, plantas y situaciones para hallar el lugar adecuado y la maceta idónea para nuestra planta.