El tifón es una variedad de los denominados ciclones tropicales.
El tifón, junto al huracán, es una variedad de los denominados ciclones tropicales. En ambos casos, y según su fuerza, el resultado son lluvias torrenciales, mareas de tormenta y vientos que llegan a superar los 100 kilómetros/ hora; generando importantes desperfectos a su paso, cuyo valor llega a resultar incalculable. Sus efectos vendrán determinados por la cantidad de precipitaciones acumuladas, la dirección y la velocidad con la que se desplaza, la persistencia de los fuertes vientos, y la reacción humana frente a este fenómeno.
La formación del tifón tiene lugar sobre la superficie del Océano Pacífico Occidental, en la que las aguas cálidas se evaporan; y esos vapores ascienden, hasta unirse a un conjunto de tormentas que giran al contrario que las agujas del reloj en torno a un “ojo o centro de baja presión” en el que reina la calma. Los tifones azotan fuertemente las costas orientales del continente asiático, siendo la época más propensa entre los meses de mayo a noviembre.
Entre los tifones más potentes de la última década encontramos el tifón “Saomai” (2005), “Wipha” (2007), “Moracot” (2009) y “Talas” (2011), entre otros.