Volver de vacaciones y comenzar la rutina de todo el año puede provocar desgana, problemas de insomnio e incluso depresión leve. El síndrome post-vacacional no está aceptado internacionalmente como enfermedad.

Tras la vuelta de unas vacaciones placenteras y relajantes, tienes que incorporarte a la vida normal y puedes sufrir estos síntomas:

-    Problemas de insomnio.

-    Escasa capacidad de concentración y limitada tolerancia al trabajo.

-    Sensación de angustia vital.

-    Cambio de carácter hacia la agresividad y el mal humor.

-    Desconcierto ante un sentimiento de malestar que no entendemos por qué sucede.

-    Pasotismo, tristeza, falta de apetito…

Si este es tu caso, sufres el llamado Síndrome Post-vaccional.

Se trata de un término cada vez más en auge pero que hace unos años nadie conocía. Adaptado a la vida moderna: prisas, estrés, exceso de información… no quiere decir que en otras épocas no existiese.

Es el nombre que se le ha puesto al choque mental que supone el proceso entre el final de las vacaciones y el inicio de la vida rutinaria. A nivel internacional no se acepta como enfermedad, simplemente es una situación transitoria.

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