Decir NO no ayudará a ir ligero en la vida.
Suele ser mucho más fácil decir un “si” que un “no”, porque el primero aparenta aceptación, agrado y vinculación. Nos encanta estar rodeados de personas afirmativas y cómplices, y menos de aquellas que nos contradicen y generan controversia.
Es natural que nos desagraden aquellas personas que ponen trabas a las sugerencias, responden negativamente a las indicaciones, preguntas y deseos. Sin embargo, no siempre lo más fácil es lo recomendable, no siempre el empleado sumiso es el mejor, y no siempre la pareja cómplice es la más adecuada.
También es importante la controversia, la discusión constructiva, el dar y recibir diferentes puntos de vista, decir un “no” a tiempo, no estar de acuerdo, disentir y ampliar la visión sobre los asuntos que se plantean.
Eso si, toda discusión dentro de la cordialidad y respeto, prudencia, decencia, de forma fluida y amigable. Porque no hay que temerle a decir “no”, pero hay que saber hacerlo y decirlo, logrando que las diferencias no se tomen personales, no se confronten a las personas ni a su dignidad, se den argumentos y no se improvisen, se esté abierto a convencer y ser convencido, adherir o separarse de la posición de grupo, y a realizar el apoyo de las mayorías con reserva.
Nunca tengas temor de decir “no”, pero aprende a decirlo.
Coach Prof. Certificada
Consultora y Formadora