La Perla del Adriático necesita más que la simple parada de un crucero
Llegando al sur de la costa croata encontramos la ciudad que atrae a todo el turismo de la zona, la ciudad donde paran los cruceros a "descargar turistas" por unas horas. El escritor Lord Byron llamó a la ciudad la "perla del Adriático" y George Bernard Shaw la calificó como "el paraiso en la Tierra". Entrar en sus murallas con semejantes descripciones en la cabeza te prepara a contemplar sus calles pavimentadas con mármol y su urbanismo renacentista, mientras el Adriático espera al otro lado de las calles. Alrededor, encontramos playas e islas frondosas.
Dubrovnik comenzó a tomar gran importancia en el siglo XII ya que exportaba gran cantidad de productos, y su auge económico hizo que Venecia la controlara durante 153 años. Entre el siglo XIV y hasta 1808 la República de Ragusa, con centro en Dubrovnik, fue creciendo territorialmente y fomentando el comercio marítimo con los puertos del Mediterráneo. Hasta los otomanos dejaron en paz a la ciudad, lo que propició su florecimiento en el plano urbanístico y en diversas disciplinas artísticas. Un grave terremoto en 1667, que destruyó casi toda la ciudad, y la llegada de Napoleón en el siglo XIX determinó el declive definitivo de su poderío comercial. A pesar de todo, aun queda mucho por recorrer de la vieja Dubrovnik.