Porque los postres de frutas pueden ser ricos y sanos a la vez.
Para realizar estas brochetas podemos utilizar las frutas que más nos gusten o que sean de temporada. Una buena mezcla sería manzana, plátano, piña, fresas, kiwi…
Pelamos la fruta y la cortamos en dados o trozos no muy pequeños, para poder pincharlos bien en las brochetas y que no se deshagan al calor. Los ponemos a macerar en zumo de limón y azúcar durante media hora más o menos. También podemos sustituir el azúcar por edulcorante.
Hacemos las brochetas colocando las frutas por sabores y por colores, para que sean más vistosas. Las ponemos en una plancha y las hacemos por todos los lados.
Colocamos en una fuente de horno, espolvoreamos con azúcar y gratinamos hasta que se caramelicen.
Estas brochetas las podemos servir con una bola de helado de vainilla o de nata, para que no reste sabor a las frutas. El contraste de la brocheta caliente con el helado es muy agradable.
Otra opción para los golosos es presentarlas con una variedad de siropes de distintos sabores.