El San Bernardo es un perro gigante de origen alpino que, desde hace siglos, se emplea en operaciones de rescate en la nieve.
La raza San Bernardo proviene de los Alpes suizos y se estima que, ya en el siglo XVI, estaba perfectamente definida. Tomó el nombre del hospicio alpino de San Bernardo, donde estos perros guiaban a los monjes en la nieve y ayudaban al rescate de personas perdidas en las montañas.
En el siglo XIX, el cruce con el Terranova proporcionó mayor corpulencia y un pelo más largo a la raza, pero esta última circunstancia ocasionaba problemas a los animales, al congelarse el pelaje con el frío.
El primer club oficial del perro San Bernardo se estableció en Gran Bretaña en 1881. El suizo se creó en 1884 y, tres años después, se escribió el primer estándar de la raza. Existen dos variedades de "san bernardos", en función de la longitud del pelo. Los especímenes de ambas se caracterizan por su gran talla y robustez. La alzada de la cruz puede alcanzar, en algunos machos, los 90 cms. Son perros gigantes, de forma cuadrada (son tan altos como largos) y sus potentes patas son proporcionales a la altura. Los ejemplares más grandes pueden llegar a pesar 90 kgs. de peso.
Los "san bernardos" no son excesivamente longevos, pueden vivir, como mucho, diez años. El pelaje más preciado es el de color blanco con manchas rojizas o castañas.
El San Bernardo es un perro noble, excelente compañero de juegos, amistoso y de fácil adaptación. Sin embargo, deben tenerse muy presentes las necesidades de espacio, si queremos adoptarlo como mascota. Otros posibles inconvenientes del San Bernardo son su salivación constante y los ronquidos que emite al dormir.
Estos perros requieren de ejercicio diario, aunque moderado. Una vez a la semana es conveniente realizar una caminata más larga.