Seguro que alguna vez has escuchado este término en el ámbito del ocio y el entretenimiento pero ¿y en el empresarial?
El término spin-off lleva tiempo utilizándose en la industria del entretenimiento: cine, televisión, videojuegos, literatura… No así en el mundo empresarial, cuyo uso es más reciente.
El vocablo spin-off procede del inglés y podríamos traducirlo como: subproducto o producto derivado. Así, en el mundo del entretenimiento, una spin-off es una secuela: una serie, película, videojuego, novela… derivada de otra, que aprovecha personajes protagonistas o secundarios, el universo o las tramas para crear una obra nueva.
En el ámbito empresarial una spin-off es algo muy parecido: se trata de un proyecto nacido como una extensión de otro anterior, es decir, es una iniciativa empresarial basada en otra. Se crea una nueva empresa a partir de otra preexistente. Esto es lo que se conoce como intraemprendimiento.
También existen modelos de negocio spin-off en el mundo académico, cada vez más surgen spin-off en el seno de los centros universitarios y de los institutos de investigación que, además de hacer negocio, buscan rendir un servicio a la comunidad.
Una spin-off es una forma de retener el talento, pues los empleados valiosos se convierten en socios, así como de abrir la empresa a nuevos nichos de mercado y de renovarla al ritmo de los tiempos en que vivimos.