Si has solicitado algún préstamo, es casi seguro que has visto esta palabra, ¿qué es?
La palabra scoring procede del inglés, score (puntuación). La función de un scoring no es más que esa: puntuar. Se trata de un sistema informático que, de forma automática, ayuda a la entidad bancaria a tomar la decisión sobre si conceder un crédito o no. Es decir, es un software que analiza los potenciales riesgos que conlleva la prestación de una financiación.
La importancia de la conclusión del scoring se la otorga la entidad financiera, mientras que para unas el scoring es meramente informativo, para otras, la valoración del scoring es decisiva a la hora de conceder un crédito.
El scoring es programado previamente para procesar ciertos datos que permitirán hacer un cálculo del riesgo y que están disponibles en la base de datos de la entidad financiera: desde datos personales, hasta saldos, nóminas, préstamos en vigor… Una vez ha recopilado estos datos, hace un estudio de probabilidad y da como resultado un porcentaje de riesgoo, más concretamente, una probabilidad de morosidad.
El scoring, a medida que se va utilizando, va puliendo sus errores, sirviéndose para ello de análisis periódicos estadísticos, de forma que cuanto más se use el scoring y mayor sea la calidad de información que procesa, más efectivo es.