El buffet lo podemos definir como un cóctel en el que los asistentes comen sentados. Es la posibilidad intermedia entre el cóctel, propiamente dicho, y una comida formal.
EL buffet suele constar de dos bloques, uno para la comida y cubiertos, y otro para bebidas, vajilla, cristalería y servilletas. Si realizamos el buffet en casa, podemos disponerlo todo en una mesa larga, dentro de un orden lógico para que los asistentes puedan recoger todo lo que necesiten.
Las características que comparte con el cóctel son que permite la movilidad de los asistentes y la posibilidad de charlar con distintos grupos. También es más ligero e informal que una comida tradicional.
Las ventajas del buffet, si los anfitriones son los que tienen que prepararlo, son muy claras:
1. Todo se puede realizar con antelación y, por consiguiente, con más calma, lo que nos permite recibir mucho más relajados a nuestros invitados, sin tener que preocuparnos del horno o de la cocina.
2. Para los invitados es una opción muy cómoda, ya que no se ven obligados a comer los platos que no les gusten, y pueden repetir de los que sean de su agrado. Además, pueden cambiar de lugar y acompañantes cada vez que lo deseen.