Los últimos avances en el mundo de la nutrición giran entorno a la nutrigenómica.
Aunque no se conoce muy bien la fecha exacta en la que se empezó a utilizar el concepto de "dieta", partimos de la base de que en el siglo XX, con la proliferación de la idea de delgadez como sinónimo de belleza, aparecieron las llamadas dietas y píldoras "milagro". Este tipo de tratamientos dieron lugar a efectos adversos en la salud de esas personas o al rotundo fracaso de las mismas, llegando a la conclusión de que era necesario una dieta saludable y ejercicio físico para perder peso y así evitar el temido "efecto rebote".
En la sociedad actual, las mayores causas del elevado índice de obesidad son precisamente una dieta repleta de alimentos hipercalóricos y el escaso o nulo ejercicio físico. La mayoría de personas con este problema han acudido en alguna ocasión a las dietas como solución, lo que hace de las dietas un motivo de investigación y experimentación muy importante en la sociedad actual.
Algunas de estas dietas cumplen con los requisitos para no poner en riesgo nuestra salud y otras no. En los últimos tiempos, los avances se dirigen hacia el estudio de nuestras características genéticas y moleculares como base para determinar el tratamiento preventivo a las enfermedades nutricionales. Es la llamada nutrigenómica, ciencia dedicada al estudio de la interacción entre los nutrientes y los efectos en nuestros genes. Pretende determinar grupos de poblaciones con un determinado tipo de genes a los que asociar un tipo de alimentación y así ofrecer unas dietas cada vez más personalizadas con alimentos adaptados a nuestro genotipo y fenotipo.