Es muy probable que utilices tu teléfono móvil personal para el trabajo o que conectes a través de las redes sociales con tus compañeros de equipo. A esto se refiere el término “consumerización”, una tendencia creciente en el uso de las tecnologías de la
Consumerización puede definirse como la “intrusión” de la tecnología doméstica en el ámbito de la empresa. Se trata de una nueva tendencia de consumo, un giro de 180º en el mercado de las tecnologías de la información.
Aparatos como las calculadoras, los ordenadores personales o los teléfonos móviles se originaron en el mercado empresarial para luego dar el salto al consumo doméstico, bajaron de precio y se convirtieron en productos de uso masivo. Hoy ocurre justamente lo contrario, las nuevas tecnologías de la información surgen inicialmente en el mercado del consumo doméstico y luego son adoptadas por las empresas. Los consumidores se convierten en los impulsores primarios en la innovación tecnológica, y seguro que lo ves mucho más claro si piensas en Google, Facebook o Apple, hoy, componentes esenciales en un negocio.
Cada vez es más frecuente el “bring your own device” (tráete tu propio dispositivo) en el entorno laboral. Si antes las tecnologías utilizadas en la empresa pertenecían a la misma, ahora es cada vez más común que los empleados sean los dueños de sus propios smartphones y tablets, por ejemplo.
La consumerización tiene, por su puesto, un tremendo impacto: obliga a las empresas a replantearse la administración de los servicios y equipos tecnológicos que utilizan. Si antes tenían el control total de las tecnologías de la información en su negocio, hoy los empleados son los que tienen el mando. Pero además, el uso masivo de estas nuevas tecnologías obliga a las grandes compañías que las idean a adoptar unos nuevos niveles de eficiencia y escala: Google soporta más de 300 millones de cuentas Gmail y administra más de mil millones de búsquedas al día.