El queso feta, originario de Grecia, es un acompañamiento perfecto para todo tipo de platos.
El queso feta, que cuenta con el certificado de Denominación de Orígen desde 2002, es un producto que forma parte de la historia más antigua de Grecia. Como muchos productos de diversa naturaleza, al extenderse al resto del mundo, comienzan a cambiar los hábitos en su elaboración para innovar con nuevos ingredientes. Pues bien, esto le ha ocurrido a este tipo de queso; puesto que, aunque su preparación se realizaba con leche de cabra o de oveja en grandes recipientes de madera y de aluminio, también ha comenzado a emplearse la leche de vaca comercializándose en nuevos envases.
Aún así, el queso feta no ha perdido el suave sabor que lo caracteriza y que lo hace perfecto como complemento para las verduras. Su color es blanco, no tiene a penas contenido graso y en la carne se encuentran pequeñas hendiduras que lo hacen inconfundible. Así, los griegos no dejan pasar ni un solo día sin ingerir este suculento manjar. Algunos platos típicos con feta pueden ser: las empanadas, los pasteles o las ensaladas.