A efectos laborales, el período de lactancia es el tiempo que transcurre desde que nace tu hijo hasta que cumple los nueve meses.
Durante el período de lactancia, la madre (o el padre) pueden ausentarse de la empresa durante una hora al día para atender al hijo. En vez de una hora seguida, la ausencia puede ser de dos medias horas al día, al inicio y final de la jornada. Esa ausencia se considera de trabajo efectivo, por lo cual la empresa no puede hacer que lo recuperes y además se paga como si realmente se hubiera trabajado.
La razón de ser de este permiso tenía su lógica en el pasado, dado que estaba destinado a que las madres pudieran atender las necesidades “alimentarias” del hijo recién nacido. Ahora tiene poco sentido, dado que en la actualidad, difícilmente, le va a dar tiempo a la madre (en esa media hora) a ir a su casa, dar el pecho a su hijo y volver al trabajo.
Por lo tanto, se está evolucionando hacia un permiso de lactancia diferente: ahora se pretende que se acumulen todas las horas a las que tendría derecho la madre hasta que el hijo cumpliera los nueve meses. Una vez acumuladas se calculan los días completos de ausencia del trabajo que corresponderían. De esa manera, la madre (o el padre) podrían contar con todos esos días para atender al recién nacido.