La sustancia del futuro.
El grafeno es un material formada por carbono puro, cuyos átomos forman un patrón regular de hexágonos. El grafeno es una sustancia increíblemente ligera, por ejemplo, una lámina de un metro cuadrado de grafeno pesa alrededor de 0,77 miligramos y, a su vez, es hasta cien veces más resistente que el acero.
El grafeno se obtiene a partir del grafito y, aunque se conoce desde 1930, no ha empezado a tener relevancia hasta entrado el siglo XXI, pues en sus inicios era sumamente inestable termodinámicamente. Los científicos Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov consiguieron en la década de los 90 aislar el grafeno a temperatura ambiente, lo que les sirvió para realizar revolucionarios descubrimientos en torno a este material, que les harían ganar el Premio Nobel de Física en el año 2010.
Entre las propiedades del grafeno, podemos destacar:
- Gran dureza, como hemos hecho, es hasta cien veces más resistente que el acero.
- Flexibilidad y elasticidad.
- Ligereza, es tan liviano como la fibra de carbono y, sin embargo, mucho más flexifle.
- Transparencia.
- Autoenfriamento.
- Conductor térmico y eléctrico.
- Autorreparación: si su estructura se quiebra, el “agujeo” que se forma atrae átomos de carbono vecinos, tapando los huecos.
- Generador de electricidad, a partir de la energía solar.
El potencial de este material es extraordinario, pues todas estas propiedades lo hacen idóneo para su aplicación a a numerosos campos: electrónica, aeronáutica, medicina, construcción de edificios… Además, el grafeno puede permitir la construcción de baterías de mayor duración y menor tiempo de carga.
Imagen: portalgda