El término Feedback alude a un proceso que implica la retroalimentación.
El Feedback es uno de los términos que se han impuesto en los últimos años, y su uso se ha generalizado en el lenguaje cotidiano. Su empleo resulta muy común en ámbitos muy diversos, que van desde la tecnología hasta el ámbito comunicativo en su sentido más genérico.
Su significado es el de “retroalimentación”, lo que implica que, ante la transmisión de un mensaje o la ejecución de una acción por parte de un emisor, van a generarse una serie de respuestas o reacciones en el receptor. Por tanto, el feedback va a requerir unos caminos de ida y vuelta en todas las direcciones; con lo que se ha de disponer de unos canales adecuados para albergar ese flujo de información. La respuesta final retornará de nuevo el emisor, que llevará a cabo una valoración y un control de los resultados obtenidos.
Algunos ejemplos muy claros de feedback se pueden encontrar en la comunicación y en cualquier empresa. En el primer caso, la retroalimentación le servirá al emisor para valorar si su información ha sido adecuadamente interpretada y comprendida; y en el segundo, si un empresario lanza, por ejemplo, un nuevo producto, en función de cómo actúen los consumidores podrá determinar si la satisfacción del cliente perseguida se ha logrado.