Sí, es fácil y recomendable pelar y comer la fruta con cubiertos.
Con el plátano en el plato, lo sujetamos con el tenedor y le cortamos los extremos con el cuchillo.
Después se le hace un corte a lo largo y le separamos la piel.
Cuando ya lo tenemos pelado, vamos cortándolo a rodajas a medida que nos lo comemos.