Seguro que cuando estás triste sientes la necesidad de comer helados, galletas, chocolate… Pues bien, no es por la influencia del cine americano, sino que tiene una explicación científica.
Y es que el azúcar nos hace más felices. Cuando consumimos azúcar, el triptófano presente en la misma hace que aumenten en nuestro cuerpo los niveles de serotonina, un neurotransmisor que nos hacer sentir bien.
Por lo tanto, la clave para no comernos un litro de helado cuando estamos tristes, es el triptófano, que no solo se encuentra en el azúcar. El triptófano es un aminoácido esencial, es decir, solo podemos obtenerlo a través de la alimentación, nuestro cuerpo no lo produce por sí mismo y, como hemos dicho, no solo está presente en el azúcar, sino que también es abundante en alimentos como el plátano, la leche, los cereales integrales, los huevos y los frutos secos.
Una dieta equilibrada y rica en triptófano hará que nos sintamos mejor en general y que estemos de mejor humor. Pero además, el triptófano controla los niveles de insulina, reduciendo el estrés, y favorece el sueño, pues la serotonina es precursora también de la melatonina, una hormona que regula el ciclo de vigilia y sueño.
Por lo tanto, antes de comer lo primero que encontremos en la nevera, analicemos nuestras opciones y elijamos la que más convenga a nuestra salud.
Imagen: yenna.