La historia reciente de Libia está marcada por el nombre de su dictador, Muammar el Gaddafi. En el poder durante más de cuarenta años, su régimen se caracterizó por las tensas relaciones con occidente.
A partir del 1 de septiembre de 1969, el devenir del país norteafricano pasó a depender del coronel Muammar el Gaddafi. En aquella fecha, una facción de izquierdas del ejército libio asestó un golpe de estado a la monarquía reinante, derrocándola e imponiendo, finalmente, un consejo revolucionario bajo la dirección del joven militar.
El Coronel expulsó a los militares británicos y norteamericanos del país y confiscó bienes a israelíes e italianos. La banca fue nacionalizada y se instauró un régimen de inspiración socialista. Desde el principio, Gaddafi defendió la creación de una unión panárabe, idea que compartió con otros líderes del orbe musulmán y que cristalizaría, en 1989, con la incorporación a la Unión del Magreb Árabe.
A lo largo de su dictadura, el Coronel no dudó en apoyar a determinados grupos terroristas, que atentaron contra intereses occidentales. Por este motivo, sus relaciones con occidente siempre fueron complicadas. En 1981, se rompieron las relaciones con Estados Unidos, llegándose a prohibir las importaciones de petróleo libio a la primera potencia mundial. La tensión culminó con el Bombardeo de Libia de 1986, dirigido por el presidente Ronald Reagan.
En 1988, un avión de la compañía Pan Am se estrelló en Escocia, debido a un atentado terrorista. Murieron más de doscientas personas, muchas de ellas norteamericanas. Gaddafi se negó a entregar a dos súbditos libios sospechosos del acto. El suceso dificultó, aún más, las relaciones con Estados Unidos y occidente. También se acusó al régimen libio del atentado contra un DC-10 de una compañía francesa, en el desierto de Níger.
La ONU estableció un bloqueo y un embargo de armas a Libia, que duró hasta 2003. A partir de la década de los noventa, las relaciones libias con el resto del mundo mejoraron ostensiblemente. Como botones de muestra, en 2002 el gobierno de Gaddafi ofreció más de dos mil millones de dólares, para indeminizar a las familias de las víctimas del atentado de Lockerbie, en 2003 aceptó su responsabilidad civil en el suceso y, ese mismo año, el Consejo de Seguridad de la ONU levantó el bloqueo al país norteafricano y se anunció el compromiso libio de abandonar del programa de fabricación de armas de destrucción masiva.
Sin embargo, las revoluciones acaecidas, desde finales de 2010, en países árabes del entorno, como Túnez o Egipto, despertaron las ansias de libertad y democracia en el pueblo libio. En febrero de 2011, se inició una rebelión por parte de los opositores al régimen de Gaddafi. Comenzó un enfrentamiento que dejó miles de muertos y que tuvo su origen en la Revolución del 17 de febrero o Día de la Ira Libia. El Coronel no dudó en emplear la violencia contra su propio pueblo. Se estableció un gobierno paralelo al de Gaddafi, el Consejo Nacional de Transición, en manos de los opositores. El Consejo de Seguridad de la ONU emitió una resolución que daba luz verde al establecimiento de una zona de exclusión aérea, con el objetivo de proteger a la población civil.