Douglas MacArthur era un general americano encargado de la administración y defensa del archipiélago filipino durante la II Guerra Mudial.
El general americano MacArthur, era un hombre que destacaba por su carisma. Era el encargado de la administración de las islas Filipinas, aunque el presidente formal era Manuel Quezón.
En la II Guerra Mundial, y tras el ataque a Pearl Harbor, las Filipinas fueron atacadas por el ejército nipón, era parte de la ofensiva lanzada contra los Estados Unidos.
El ejército japonés mando un total de 40.000 hombres, a los que intentaban frenar un total de 80.000, entre tropas autóctonas y norteamericanas. Aún así el avance nipón era imparable, y solo era cuestión de tiempo que las islas cayeran en poder del ejército japonés.
Mientras esta batalla se llevaba a cabo, Washington dio por perdidas las islas y se dedicó a mandar las tropas para defender Australia, que también tenía peligro de ser invadida.
MacArthur proclamó que pensaba vencer o morir en Corregidor, que se encontraba en la bahía de la capital, Manila.
Ante la inminente derrota e invasión japonesa, el general fue instado por el presidente Roosevelt a abandonar la isla junto a su familia.
Antes de irse dijo una frase que se convertiría, con su carisma, en una firme y solemne promesa: “I shall return” (volveré).
Era un hombre que tenía fama de cumplir su palabra, así que después de la ocupación nipona, se introducían subrepticiamente en las islas artículos norteamericanos (cerillas, cigarrillos, chicles) con su famosa frase, su firma y las banderas de Filipinas y Estados Unidos entrelazadas, para motivar a la población. Esto servía también para minar la moral de los japoneses y el castigo por poseer estos objetos era la muerte.
Información obtenida del libro Breve Historia de la Segunda Guerra Mundial. Editorial Nowtilus