Los puentes de Lisboa conforman una atracción por sí mismos.
El Puente del 25 de Abril en Lisboa, anteriormente llamado Puente Salazar (nombre del dictador portugués), se debe al recuerdo de la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974; que devolvió la democracia al país. Diseñado por una empresa americana, recuerda el perfil del famoso puente de la bahía de San Francisco. Este puente colgante tiene una longitud de algo más de un kilómetro, y se eleva sobre el Tajo unos 70 metros. Las dos estructuras que destacan sobre el río miden unos 190 metros por encima del nivel del agua. Este puente cobra peaje desde su apertura; hecho éste que ha llegado a provocar incluso levantamientos populares. Hoy día solo se paga en un sentido para acceder a Lisboa.
Tanto si se conduce por él como en las cercanías del puente, se puede apreciar un peculiar sonido. Se trata del ruido de los coches sobre las rejillas metálicas a lo largo del puente. Es aconsejable, cuando se conduce por aquí, no superar los 70 km/h; ya que este enrejado no hace que la conducción sea muy estable en determinadas condiciones.
El otro gran puente de la ciudad es el Puente Vasco da Gama. Inaugurado en 1998, es el más largo de Europa con sus 17 Km; de los cuales, 10 están sobre las aguas del estuario del Tajo. Se construyó para ofrecer una alternativa al puente 25 de Abril para el tráfico que circula entre el norte y el sur del país. Su nombre se debe a la conmemoración de los 500 años de la llegada de Vasco da Gama a la India.
Fotos de Manuel González