La respiración debe ser el motor para cualquier movimiento en ballet clásico.

La respiración es útil en ballet para marcar el ritmo y los acentos del movimiento, facilita la elevación necesaria para las piruetas y el impulso de los saltos, para la fluidez en los adagios y para todos los tipos de ejercicios que necesitan transmitir aplomo y seguridad. Pero  la respiración debe ser controlada y rítmica e ir a la par del tipo de movimiento y del tiempo musical. Si utilizamos una respiración superficial produce tensión en el cuello, hace encoger los hombros y todo esto repercute negativamente en la colocación general. Sin embargo una buena respiración aporta nutrientes a los músculos que están trabajando intensamente, además de incrementar el brillo del allegro.

La respiración más utilizada en el ballet clásico es la intercostal, la expansión lateral de las costillas permite utilizar los pulmones con eficacia y en profundidad sin que se vea afectado el control de la colocación del cuerpo, evitando así la aparición de tensiones.

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