La lavanda es una planta aromática y culinaria que todos conocemos y hemos utilizado.
También conocida por espliego, su nombre científico es lavanda angustifolia y es fácilmente reconocible por su olor y su color morado. Esencialmente es aromática, pero también la podemos usar en la cocina, como acompañamiento a pastas y arroces. Es un arbusto y tiene una vida de seis años aproximadamente. Como ya hemos dicho, su principal uso es el aromático, por eso la técnica de secado es muy importante. Debemos cortar los tallos al inicio de su floración y colgarlos boca abajo, en ramilletes, en un lugar fresco y oscuro. Pero, ¿qué podemos hacer con los ramilletes secos?
Deben meterse en bolsitas de tela, cajitas de perfumes para armarios y cajones, insecticidas ecológicos para alejar a los insectos, así como para aliviar sus picaduras. Podemos aromatizar aceites y vinagres. Flores y aceites tienen valores medicinales. Nerviosismo, depresión o insomnio, son dolencias que podemos tratar con la flor de lavanda; así como las migrañas o los dolores de muelas. Además, traspasa el ámbito medicinal y protagoniza libros como LA LAVANDA SILVESTRE QUE ILUMINÓ PARIS. Debemos esperar hasta los meses de abril y mayo para volver a disfrutar de su olor y de sus colores azulados y malvas que inundan campos y jardines.
María García Sánchez
Gestora de Proyectos.