Parte de un grupo,de una familia, de una empresa,de una sociedad.
Hagas lo que hagas, sin importar el área o función, debes sentirte parte integrante de la empresa, del negocio, de la misión, de la meta, del objetivo. Porque todos necesitamos ser parte de algo y que nuestro esfuerzo contribuya con objetivos mayores. Por ello, se dice que el que pone ladrillos debe pensar en que su aporte es decisivo en la construcción de las catedrales. De lograrlo, encontrará sentido a su trabajo y a su vida.
Cuando te sientes parte de los resultados, darás más de ti mismo para que ese objetivo mayor se alcance. Si deseas motivar a alguien en su tarea, hazle ver su contribución a la misión mayor, y verás que automáticamente su interés se incrementará y su desempeño se hará cada vez mejor. Porque a todos nos gusta tener afiliación, ser parte de una familia, de un grupo, de una empresa, de una sociedad; en los que seamos importantes y valorados por nuestro aporte.
Siempre necesitamos saber a dónde vamos y si se trata del trabajo, mucho más. Si te encuentras desmotivado, sin ilusiones, aburrido y sin esperanza, piensa en la misión, en tu participación y en lo importante de tu contribución al proyecto y a la vida. Verás como todo se revierte de oscuro a claro, de triste a alegre, de no tener sentido a tenerlo todo. Eso es debido a la importancia de sentirte parte de un fin mayor y superior.
La mejor manera de encontrar tu contribución es preguntarte sobre el fin último de todo lo que haces. No te quedes en la primera respuesta, sino que debes ir más lejos hasta que hayas llegado al final de la misión; la cual, por lo general, se relacionará con el servicio a los clientes, a los demás y a ti mismo. Un fin superior inigualable y de máximo valor.
