"... y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los visitó"
El capítulo 3:21 del Génesis muestra la preocupación de Dios por suplir con indumentaria adecuada y duradera la tarea de cambiarles a Adán y Eva sus frágiles delantales de hojas de parra con pieles de animales, posiblemente de cordero. La mayoría de los estudiosos llaman la atención a que el uso de pieles denota sacrificio de algún o algunos animales apropiados y muchos argumentan que necesariamente tuvo que ser sacrificado un animal joven, sano y simbólico.
Este argumento apunta hacia lo que Dios ordenó a Moisés de cómo sería el cordero para llevar a cabo los sacrificios en el altar, ya que a su vez, esos corderos, apuntaban al sacrificio único y universal que haría Jesús en la cruz, ofreciéndose como cordero de Dios para la remisión de los pecados del ser humano.