Los jardines que tanto nos alegran y gustan, también pueden ser ecológicos y combinarlos con huertos, haciendo de nuestro espacio de ocio un lugar hermoso y comestible.
Si los huertos pueden ser ecológicos, los jardines también. Podemos sembrar y cultivar las flores y plantas más hermosas de forma respetuosa con el medio ambiente y sostenible para nuestro entorno.
No debemos utilizar césped, ya que requiere mucha cantidad de agua para su mantenimiento y es difícil controlar las plagas de forma ecológica. Así, una malla anti hierba nos ayudará a suplir este elemento y a su vez controlará las malas hierbas. Podemos cubrirlas con trozos de madera de pino, hojarasca o piedras decorativas, combinando estética y ecología. Las plantas, siempre autóctonas, son más resistentes a las condiciones climáticas y debemos agruparlas atendiendo a sus similitudes y a las necesidades de agua para optimizar el riego automático, que pondremos en marcha durante la noche para evitar la evaporación.
La iluminación del jardín podemos realizarla con farolas solares o fotovoltaicas, de las que hay una gran variedad de modelos en el mercado. Para el abono de nuestra tierra utilizaremos el compost, y evitar en la medida de lo posible el uso y abuso de fertilizantes químicos. No debemos olvidar que en la agricultura ecológica hay fungicidas e insecticidas permitidos.