Apertura de diafragma, velocidad de obturación, ISO... ¿ISO? ¿No te suena? Te damos la respuesta.
En una cámara fotográfica, el ISO nos indica la sensibilidad del sensor, es decir, su capacidad para captar la luz. De esta forma, a mayor sensibilidad ISO, menor cantidad de luz necesitaremos para conseguir una fotografía correctamente expuesta, o lo que es lo mismo, menor tiempo de exposición necesitará nuestra cámara en tomas con iguales condiciones de luz e idéntica apertura de diafragma.
El concepto ISO se refiere a la fotografía digital, pero está inspirado en la fotografía analógica, en la que no se trabajaba con sensores digitales, sino con películas. Estas películas estaban formadas por haluros de plata, pequeñas partículas fotosensibles que eran las responsables de que la película quedase impresa al ser expuesta a una fuente de luz. Cuanto más grande fuesen esos haluros de plata, más sensible era la película a la luz y viceversa.
A su vez, cuanto más grandes fuesen los haluros, más perceptible sería el grano en la imagen final, es decir, seríamos más capaces de ver los haluros en la fotografía, en forma de pequeños puntos. Lo mismo pasa con la sensibilidad ISO en la fotografía digital, cuanto mayor sea la sensibilidad ISO, más grano percibiremos en la fotografía, lo que comúnmente se conoce como ruido.
Imagen: ALEXMOFFAT1