En este manual, veremos algunas técnicas que se pueden usar en fotografía a la hora de captar retratos para mejorar su apariencia.
El retrato es una disciplina fotográfica dónde lo que se busca es captar la personalidad del sujeto fotografiado, ya sea una persona o incluso un animal.
Normalmente, cuando hablamos de retrato, nos referimos a fotografías de sujetos en la que su rostro ocupa la mayor parte del encuadre, aunque no siempre es así. El primer plano, es decir, de hombros para arriba, es tipo de plano más común, pero no el único.
Una parte fundamental en los retratos son los ojos, por lo que debemos buscar su expresividad y el foco debe esta situado en ellos.
Hay técnicas que suelen funcionar muy bien en este tipo de fotografías. Por ejemplo, que no aparezcan muchos elementos en nuestro retrato, ya que así nos centraremos en el sujeto.
Además las ópticas más recomendadas son los teleobjetivos cortos, como los 85mm, ya que así no nos acercaremos tanto al sujeto y no le incomodaremos. Estos objetivos además tienen poca profundidad de campo, debido a su distancia focal y esto hará que nuestros fondos estén desenfocados y nos centremos más en la persona. A esta técnica se le suele denominar Boke.
Si utilizamos estas ópticas, lo que haremos será abrir diafragma para que se reduzca la profundidad de campo. Suelen utilizarse objetivos luminosos para poder abrir mucho el diafragma.
Esto no es siempre así, ya que los grandes angulares, también nos pueden dar grandes retratos y acentuaremos otras facetas.
Como ya hemos dicho, los retratos buscan mostrar la personalidad, cualidades, pasiones, o incluso a que se dedica la persona, por ello, a veces emplearemos atrezzo o bien lo retrataremos en un espacio que nos evoque a esa persona.
Como es lógico, el retrato, se puede realizar tanto en estudio como en exteriores, pudiendo utilizar tanto luz natural, como artificial.