Son varias las causas o factores que pueden dañar nuestro cabello. En este manual veremos los más habituales.
Nuestro cabello puede dañarse por varios motivos. Uno de los más normales consiste en la pérdida de Keratina, pero hay otros que también se han de tener en cuenta.
A continuación, te mostramos los que consideramos más importantes:
- Los rayos ultra-violeta (UV): producen un efecto de” sequedad” muy importante para la fibra capilar, además de formar parte de una progresiva decoloración del cabello, ya sea natural o coloreado.
- El agua salada del mar o el agua con cloro de las piscinas: hacen que las escamas que componen la cutícula del cabello se resequen, se abran y se deterioren. Esto hace que el cabello adquiera un tacto áspero, que se enrede con facilidad y pierda su brillo natural.
- Los radicales libres: buscan recobrar su estabilidad molecular uniéndose a cualquier molécula que esté a su alcance como las de Keratina o el cemento intercelular del córtex del cabello. Esto provoca un alto deterioro en la estructura del cabello.
- El Estrés: anticipa el envejecimiento de la piel, por tanto también del cuero cabelludo. El ciclo vital del cabello dura unos 4 años pero en una persona que sufre estrés permanente se aprecia una caída prematura y un cabello más debilitado.
Algunas de las consecuencias de este pelo dañado son:
- Aumento de la porosidad
- Tacto áspero
- Falta de brillo
- Aumento de la rotura del cabello
Una vez se tiene el pelo dañado, éste se puede regenerar. Dos son los tratamientos que recomendamos para lograrlo:
- Es conveniente realizar un peeling del cuero cabelludo para eliminar, a base de micropartículas, las células muertas del mismo, para así tener un cuero cabelludo purificado y libre de tensión.
- Llevar a cabo un Botox Capilar.
Como siempre, te recomendamos que contrastes esta información con un profesional del cuidado del cabello.