La inclusión de un trabajador en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) implica que aquél se sitúa en una situación especial.

La inclusión de un trabajador en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) implica que aquél se sitúa en una situación especial: a partir de su aprobación, el ERE fija las condiciones en que se mantiene la relación laboral o cómo se va a extinguir la misma.

Un ERE puede regular muchas cuestiones por lo que no es posible dar una respuesta general, así que pondremos algunos ejemplos: en los ERES de extinción de relaciones laborales, se establece el importe de la indemnización que tienen que recibir los trabajadores que salgan de la empresa.

En los ERES de suspensión de contrato o reducción de jornada, se determina durante cuánto tiempo se van a suspender los contratos de trabajo antes de volver a prestar servicios para la empresa. Durante el período de suspensión se percibirán prestaciones por desempleo, si se ha generado el derecho a las mismas.

En los ERES de reducción de jornada (ahora, muy de moda) se establecen reducciones en las jornadas diaria, semanal o anual de los trabajadores de la empresa. En estos casos, los trabajadores tendrán un trabajo parcial, pero también tienen derecho a una prestación por desempleo parcial, proporcional al número de horas en que se haya reducido la jornada de trabajo.

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