Últimamente se han popularizado las llamadas dietas proteicas, que se basan en la reducción de los hidratos de carbono o, incluso, su total eliminación de la dieta. Sin embargo, este tipo de dietas son un riesgo para la salud, a continuación te explicamos

Los hidratos de carbono componen el primer y el segundo escalón de la pirámide nutricional y no es para menos, pues son para nuestro cuerpo como la gasolina para un motor. Suponen una fuente de energía primordial para nuestro organismo.

Para llevar una dieta equilibrada y dependiendo de nuestra, genética, forma de vida… los hidratos de carbono deberían suponer el 45-65% de las calorías totales diarias. ¿Cuáles son las consecuencias de no alcanzar ese mínimo del 45%?

 

Fatiga

La grasa no puede utilizarse siempre como combustible, no por mucho tiempo al menos. Si no tenemos reservas de hidratos de carbono, la grasa se convertirá en la principal fuente de energía, el resultado: cansancio y fatiga.

 

Debilidad mental

Aunque los músculos pueden alimentarse de grasa, el cerebro no. Nuestro cerebro necesita glucosa para funcionar correctamente. Si restringimos en exceso los hidratos de carbono, se agotará el glucógeno hepático, produciéndonos fatiga mental y otros problemas más serios si mantenemos en el tiempo este tipo de dieta.

 

Problemas digestivos

Los hidratos de carbono, los que proceden de granos enteros, vegetales y frutas, son ricos en fibra. Si no ingerimos una cantidad adecuada de fibra al día no solo padeceremos estreñimiento, sino que además ralentizaremos la digestión, nuestras digestiones serán más pesadas y nos producirán acidez.

 

Mal humor

La alimentación no es solo importante para nuestra salud física, sino también para nuestra salud anímica. Los hidratos de carbono mantienen los niveles de serotonina en el cerebro, una sustancia que regula el estado de ánimo. La falta de hidratos de carbono nos llevará a un estado de ansiedad e irritabilidad.

Los hidratos de carbono son, como vemos, vitales para nuestro cuerpo. Si buscamos una pérdida de peso la clave está en elegir los hidratos de carbono adecuados: trigo integral, avena, arroz, verduras, legumbres y frutas, en prestar atención a las etiquetas y en restringir los hidratos de carbono compuestos por azúcares simples, pero nunca eliminarlos.

 

Imágenes: emmadiscovery,  foodswings.

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