El volante de un fórmula 1 es la herramienta más directa de un piloto.
Nadie dijo que conducir fuera fácil, ni mucho menos un fórmula 1. La tecnología y los inventos de este deporte han avanzado a pasos agigantados. En el año 1950 empezaron las carreras, y los pilotos tenían como herramienta principal un volante, que era redondo y de madera, con la bocina como único botón. Nada que ver con la pieza sofisticada que tienen hoy, que más parece un ordenador de abordo, que un volante en sí.
Todo bajo control, gracias a la cantidad de mandos y botones que contiene. Desde los cambios de marcha, pasando por el reparto del freno, diferencial, control de tracción, incluso la mezcla de la gasolina, y una cantidad innumerable de funciones. Si manejar tanto botón ya es costoso, mucho más si tenemos en cuenta, que estas maniobras las tienen que hacer los pilotos cuando van conduciendo, a más de doscientos kilómetros por hora.
Además de todos estos botones que hemos nombrado, también hay dentro del propio volante, una pantalla cuya función es la de transmitir datos a los pilotos. Una de las informaciones más importantes que se suele dar a través de la pantalla, son los tiempos por vueltas, algo muy valioso para el piloto, sobre todo en la clasificatoria y en la propia carrera.
Mamenf1