Una pieza clave en la Fórmula 1 es el motor.
Los motores en la Fórmula 1 usan gasolina convencional. Esta gasolina no es igual a la de los coches de calle, es mucho menos densa, y los compuestos que lleva son cuidadosamente creados en un laboratorio con el fin de alcanzar un máximo de 102 octanos.
Al igual que otras cosas en la Fórmula 1, el motor también se rige por una serie de normas. Esto comenzó en la temporada 2005, en la que un motor debía durar al menos dos Grandes Premios. Más tarde, en el 2009, esta norma sé amplio a tres carreras. En el caso de no llegar a cumplir con esta exigencia en el momento de cambiar el motor, el piloto retrocedía 10 puestos en la parrilla de salida.
Poco a poco, y con el paso de los años, la FIA ha ido reduciendo la cilindrada y la potencia de estos motores. Lo que se debe a las altas velocidades que alcanzaban y el peligro que ello suponía para la seguridad de los pilotos. El cambio más brusco fue en el 2006, que únicamente permitieron continuar con los motores V10 a los equipos más modestos y que no disponían del presupuesto necesario que suponía hacer este cambio.
A partir del 2007, los motores sufren un proceso de congelación; es decir, no se puede hacer ningún cambio ni evolución en el motor. Todo esto tiene un fin económico, en un intento de reducir los gastos en la Fórmula 1. En 2009, se permite desarrollar algunos motores para igualar la potencia de todos los equipos.
Mamenf1