La espada sobre el Tajo, recordando al Navegante, apunta alto en el barrio de Belém.
Fue construido en 1960 por C. Telmo y L. Almeida para conmemorar el quinto centenario de la muerte de Enrique el Navegante. Tiene unos 52 metros de altura y la forma de una carabela, con el escudo de Portugal y la espada de la Dinastía de Avis. Recuerda a una treintena de personalidades que participaron en la Era de los Descubrimientos, situados a cada lado del monumento. En la proa, se sitúa el Príncipe Enrique llevando una carabela entre sus manos. A la entrada del monumento, se encuentra una rosa de los vientos dibujada en el suelo; regalada por Sudáfrica en 1960. El mapa central enseña las rutas de los descubridores en los siglos XV y XVI.
En el interior del monumento, encontramos salas para exposiciones y la posibilidad de subir mediante ascensores y escaleras hasta el último piso; desde el que se puede contemplar una panorámica de la zona. Aunque en ocasiones, el precio de la entrada y la afluencia de gente nos invita más a sentarnos alrededor de los personajes del monumento y contemplar la puesta de sol en el Tajo. Las vistas, si no desde una posición tan elevada, son más interesantes desde la misma Torre De Belém, situada a no muy larga distancia.