Las plantas tienen muchas utilidades y su aroma es terapéutico.
La aromaterapia es una rama de la herbolaria. Esta disciplina asegura que el aroma de las plantas puede utilizarse para reestablecer nuestro equilibrio y armonía.
El pueblo egipcio, 40 siglos antes de Cristo, ya utilizaban los aceites esenciales extraídos de las plantas con fines terapéuticos. Los aromas nos conectan con la memoria emocional. La memoria asociativa con las emociones es la que dan cabida a su uso terapéutico.
La escuela española es de las más antiguas. Surge en la España hispano-árabe.
No debemos olvidar que es una terapia relacionada con el olfato, un sentido que no descansa nunca y los efectos son relajantes, antidepresivos, equilibradores, estimulantes, afrodisíacos y anafrodisíacos. Los más utilizados son la albahaca, el tomillo, la salvia, el enebro, la canela, el clavo, la bergamota, la mandarina, la menta, la naranja, el romero, y el limón.
Se considera una terapia alternativa y, por tanto, rechazada por la medicina tradicional. El método más eficaz para el aprovechamiento óptimo de los aceites esenciales, utilizados en aromaterapia, es el uso de un cuenco y una vela.