Entre 100 y 200.000 elefantes, sí, sí, has leído bien.
Si pensamos en una nube, enseguida viene a nuestra cabeza la apariencia de algo suave, esponjoso, ligero como el aire. Sin embargo, este estereotipo no puede ser más erróneo, y es que una nube media pesa unas 500 toneladas.
Una de las unidades de medida más populares para pesar las nubes es la de los elefantes. Y es que a lo mejor imaginarte 500 toneladas, te cuesta un poco. Pues esto tiene fácil solución, imagina 100 elefantes juntos y ahí tienes la respuesta a cuánto pesa un cúmulus medio, la típica nube algodonosa. Pero, ¿y las nubes de tormenta? Seguro que no hace falta que te digamos que estas grandes nubes grises pesan más que las nubes blancas en un cielo soleado. Estas nubes de tormenta pueden llegar a pesar el equivalente a 200.000 elefantes, es decir, aproximadamente un millón de toneladas.
Y si pesan tanto, ¿cómo flotan? No se trata de que en el cielo haya 100 o 200.000 elefantes flotando, eso es físicamente imposible. Para comprender por qué flotan las nubes, primero debemos saber cómo están formadas. Las nubes están constituidas por millones de microscópicas gotas de agua o cristales de hielo, las gotas más grandes no llegan a 0.2 mm., por supuesto, son infinitamente más pequeñas y ligeras que un elefante medio. Pues bien, estas pequeñas gotas de agua se distribuyen a lo largo de la superficie de la nube sobre corrientes ascendentes de agua caliente. El aire que sube de dicha agua es más fuerte que la presión descendente de las gotas de agua que forman la nube, por eso flotan. Cuando el aire se enfría, las gotas que forman las nubes caen y, como resultado, llueve.
Imágenes: nosha, Foter, Frederic Mancosu.