El asesinato se produce cuando se acaba con la vida de alguien de manera intencionada y de alguna forma que agrava lo que sería un homicidio.
Aunque a veces las películas o las series de televisión puedan llegar a confundirnos, en España no es lo mismo un homicidio que un asesinato.
Tienen en común que ambos son delitos que implican matar a otra persona. En el caso del homicidio no es necesaria ninguna circunstancia adicional. Incluso podemos matar a alguien sin querer (por ejemplo, en un accidente de coche) y entonces habremos cometido un homicidio involuntario o por imprudencia.
El asesinato se produce cuando se acaba con la vida de alguien de manera intencionada y de alguna forma que agrava lo que sería un homicidio.
Por ejemplo, un asesinato se puede cometer con alevosía (de forma especialmente pensada para conseguir matar a la víctima) o nocturnidad (aprovechando la oscuridad para evitar ser visto) o con disfraz (evitando poder ser reconocido). También en los casos de muertes por dinero o recompensa se comete asesinato y no homicidio. Ensañarse (agravar el dolor o el sufrimiento innecesariamente) con alguien hasta matarlo también es asesinato. En definitiva, se trata de un homicidio agravado.
Por eso mismo, los años de cárcel en caso de asesinato son bastantes más que en el caso del mero homicidio.