El "tuning" es la personalización de elementos mecánicos y externos en los coches, que debe realizarse solicitando las oportunas homologaciones, con el fin de adecuarse a la normativa vigente.

La palabra “tuning” es un término inglés que significa sintonía, afinación o puesta a punto. Por tanto, “tunear” un coche  consiste en modificar su mecánica para, de esta forma, lograr mayores prestaciones y obtener un mejor rendimiento. Igualmente, el vocablo se aplica para definir la personalización externa del vehículo (carrocería, cabina etc). 

Europa fue la cuna del “tuning”, especialmente, países como Alemania, Inglaterra e Italia. No obstante, la propagación de este “arte” por el mundo ha sido imparable. En la actualidad, Japón, y Estados Unidos se han puesto a la cabeza del “tuneo” mundial debido, en buena medida, al desarrollo de la industria y comercialización de accesorios.

 El “tuning interior” engloba todos los cambios llevados a cabo dentro de la cabina del automóvil. Las más usuales son las modificaciones en la palanca de cambios, asientos y volante. Una mención especial merece la "customización" del equipo de sonido, consustancial a todo “tuneo” que se precie. 

Respecto a los cambios externos o “tuning exterior”, son habituales las alteraciones o sustituciones en llantas, pintura, parachoches, spoilers, taloneras etc. En el motor, suelen modificarse los filtros, bujías, sistemas de escape, resortes, frenos, válvulas etc. También, es común la instalación de sistemas de admisión directa, que mejoran la potencia y la salida.

 El “tuning” es un hobby caro, aparte de los gastos normales en accesorios y modificaciones, no debe olvidarse el coste de las homologaciones, para que la operación sea acorde con la normativa vigente. Existen empresas que se ocupan de tramitar toda la documentación necesaria. En España, no pueden homologarse alerones de aluminio, elementos portadores de aristas cortantes, faldones delanteros a modo de quitanieves etc.

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