Los muebles de madera de exterior, se deben restaurar, o por lo menos cuidar,todos los años.
Los muebles de madera, de la misma forma que la piel humana, necesitan de unos cuidados específicos para mantener un aspecto adecuado y reluciente durante mucho tiempo. No obstante, esos cuidados no deben realizarse como un parche sobre lo que ya existía, sino que hay que seguir unos pasos muy claros:
1- Preparar la madera para el tratamiento: la madera puede ser nueva o puede haber sido tratada con anterioridad. Pues bien, en ambos casos, es necesario lijarla previamente para eliminar cualquier imperfección. El lijado puede llevarse a cabo manual o mecánicamente, aunque siempre comenzaremos con una lija gruesa y terminaremos con una fina para lograr una superficie completamente lisa. Además, siempre se debe lijar en el mismo sentido de las vetas.
En el caso de que la madera ya esté pintada, entonces usaremos un decapante o una pistola de aire caliente, que haga que la pintura se desprenda ayudándonos con el borde de una espátula. Uno de los decapantes más asequibles y recomendados es la sosa cáustica.
2- Acabado de la madera: después de haber lijado la madera, deberemos limpiar la superficie y aplicar algún producto que la proteja de la humedad, los hongos, y en general, de las agresiones externas. Los protectores de madera, suelen ser aceites que nutren la superficie y a la vez la dejan transpirar.
Si no se va a proceder a pintar la madera de ningún color, es recomendable prescindir del barniz. En sustitución de este último, es preferible aplicar varias capas del aceite protector lavando la superficie de madera y dejandola secar varias horas entre una pasada y otra.