La pizarra de corcho, que suele estar presente en las habitaciones infantiles, puede transformarse con una simple tela.
Los corchos son un elemento básico en las habitaciones de los más pequeños de la casa, y en las habitaciones de estudio o trabajo. Pues bien, existe una forma muy sencilla de cambiar un corcho tradicional de madera por otro con un cierto aire mucho más decorativo.
Las herramientas imprescindibles para llevar a cabo el trabajo, van a ser: un trozo de tela al gusto (de una medida del corcho), unas tijeras, un bote de pegamento en cola, y unas tachuelas decorativas de cabeza redondeada.
1. Para comenzar, hay que recortar el trozo de tela que vayamos a utilizar tomando como medida el propio corcho. Colocaremos la tela sobre el mismo, y dibujaremos con una tiza su forma rectangular. Esto nos servirá para dejar un sobrante de tela de unos cinco centímetros a cada lado. Las esquinas, las recortaremos en diagonal para formar cuatro pestañas.
2. En segundo lugar, pondremos la tela del revés sobre una superficie plana; y sobre ella, colocaremos el corcho con la parte trasera mirando hacia nosotros. Por los bordes de la parte que estamos viendo, se extenderá una línea de pegamento en cola; y, manteniendo la tela estirada, pegaremos las pestañas una por una. Para ello, se debe utilizar una esponja que facilitará el pegado y nos ayudará a retirar el pegamento sobrante. Y para asegurar aún más que la tela se mantenga adherida, se pueden colocar varias grapas.
3. En el paso anterior, el nuevo corcho estaría listo. Pero para un mayor detalle, colocaremos las tachuelas redondeadas. Para ello, ayudándonos con un dedo, se ha de encontrar dónde está el límite entre el marco y la plancha de corcho interior. Una vez localizado, clavaremos todas las tachuelas seguidas, recorriendo los cuatro bordes de la pizarra, con unos milímetros de distancia entre ellas.