Es fácil, barato y muy relajante. Crear un spa en casa cuando necesites descansar resultará una experiencia renovadora.
El primer requisito para crear nuestro propio spa es asegurase de que no hay nadie más en casa. Estamos solos/as en nuestro hogar y escogemos un espacio dedicado a nuestra entera relajación y gozo durante todo el día. Convertiremos nuestro baño en la sala central del tratamiento.
Llenamos la bañera (la temperatura del agua depende de cada persona, lo mejor es que esté caliente) mientras colocamos velas encendidas y un par de sahumerios naturales por toda la sala. Elegimos un hilo musical suave para todo el proceso. Colocamos cerca nuestro albornoz preferido y una toalla grande para utilizar antes y después del baño.
Aplicamos una loción de burbujas de baño, un jabón perfumado y un gran número de sales y de aceites de baño. Nos introducimos en la bañera y permanecemos en ella durante un largo rato con los ojos cerrados, respiraciones largas y concentrados/as en la música suave y relajante. Existen aparatos y juguetes de relajación que se pueden aplicar en el agua.
Una vez terminado el baño, tomamos la toalla grande y nos secamos lentamente todo el cuerpo. Nos ponemos el albornoz.
Unas vez listos/as colocamos nuestra cabeza sobre una olla con agua caliente y sin tapar para dejar correr el vapor por nuestra cara. Una vez limpios los poros, lo ideal es utilizar una máscara facial durante, aproximadamente, 15 minutos. Durante este tiempo aprovechamos para hacernos un tratamiento de manos, uñas y pies. Una vez transcurrido los 15 minutos, quitamos la máscara facial y utilizamos una buena loción para aplicarla por todo nuestro cuerpo. La podemos aplicar desde los tobillos hasta la cara de forma suave, lenta y dando pequeños masajes.
En este momentos, lo ideal sería recibir un buen masaje, pero no es posible (recuerda que no hay nadie en casa). Lo podemos sustituir con una buena taza de té caliente o un vaso de vino, un sillón cómodo y un buen libro.