El interés de las fórmulas de Excel comienza cuando se utilizan referencias.
Las referencias (direcciones de celdas) nos permiten relacionar unas celdas con otras. Por ejemplo, introduce un 2 en la celda B4 y un 2 en la celda C4 (observa que estos números son los mismos que utilizamos antes en la fórmula). Ahora ve a la celda D4 y escribe esta fórmula:
=B4+C4
Mira lo que ocurre: en la celda D4 aparece un 4. Esto se debe a que en la fórmula que acabas de introducir (en la que los operandos son B4 y C4) le has dicho a Excel que sume el contenido de las celdas B4 y C4.
Ahora cambia el 2 que hay en la celda B4 por un 6 y observa lo que ocurre: Excel recalcula automáticamente el resultado de la fórmula que hay en D4 (la fórmula que suma el contenido de las celdas B4 y C4) y muestra el resultado correcto según los datos que hay ahora en las celdas que tiene que sumar.
Es decir, cuando se utilizan referencias en las fórmulas, Excel recalcula automáticamente el resultado de las mismas tan pronto como se modifica el contenido de cualquiera de las celdas a que haga referencia dicha fórmula, o lo que es lo mismo, los operandos. Por tanto, los operandos pueden ser tanto números como celdas, aunque si son celdas éstas deben contener números u otras fórmulas