Es uno de los usos más extendidos de la biomasa, sobre todo para uso doméstico.
Básicamente hay tres tipologías, según las tres principales categorías de combustibles vegetales:
- Leña para quemar en tarugos o briquetas
- Madera desmenuzada (astillas)
- Pastillas de madera molida y prensada (pellet).
Calentarse con la biomasa no sólo es beneficioso para el medio ambiente, sino también para el ahorro, porque a igualdad de calor producido, los combustibles vegetales cuestan mucho menos que los fósiles.