La mejor muestra del barroco de la ciudad y el palacio de las finanzas.
La característica más importante de la iglesia gótica, situada junto al Palacio de la Bolsa, es su decoración interior, ya que está realizada a base de tallas de madera doradas con multitud de elementos barrocos, tales como hojas de parra, volutas, sarmientos, angelotes, molduras y figuras de animales. Para cubrir esta gran obra de madera fueron necesarios más de 200 kilos de oro en polvo, así que el efecto es el de adentrarse en una especie de caverna cubierta de oro. Llama la atención que este edificio pertenezca a la regla Franciscana, algo extraño teniendo en cuenta que dicha regla promueve la austeridad como uno de sus pilares fundamentales.
Justo al lado está el Palacio de la Bolsa, situado sobre un antiguo convento. Se accede a él por una gran escalinata, y dentro podemos recorrer distintas salas y salones con decoraciones muy curiosas, incluyendo una árabe que se dice inspirada en la Alhambra de Granada... Merece la pena detenerse en este lugar durante nuestro paseo por Oporto.
Fotos de Manuel González