Ahora toca otro museo, este un tanto especial. Ni más ni menos, el lugar donde, por ejemplo, podemos ver el trabajo de Charles Darwin.
El Museo de Historia Natural está en un bonito edificio que contiene una colección impresionante de bichejos y plantas; aunque no seas apasionado del tema hay que pasarse a ver miles de curiosidades. Hay que tener cuidado con los horarios de cierre, tanto en este como en muchos otros lugares, donde a las 18:00 pueden cerrar perfectamente. También es verdad que los londinenses (como otros muchos europeos) madrugan más y paran menos tiempo para comer, por lo que les queda más tiempo para disfrutar el día. Podréis ver animales extintos, como el Dodo. Desapareció de la faz de la tierra gracias al hombre, como otros tantos animales, pero éste me llama la atención.
Campaba a sus anchas por las Islas Mauricio, en el Pacífico, abriendo cocos con ese pico que desarrolló. Dejó de usar las alas, dejó de volar y seguramente cuando el primer barco llegó a su orilla pensó “buf, maldita sea la hora en que dejé de entrenar el despegue”. Resultado: extinguido en pocos años. Una pena.
Si queréis ver una muestra extraordinaria de la evolución de las especies, el esqueleto de un gran dinosaurio te recibirá a la entrada.
Fotos: Manuel González