Una de las técnicas básicas en el adiestramiento de los loros consiste en reforzar, de manera positiva, determinados comportamientos.
Reforzar positivamente las conductas que deseamos e ignorar las indeseadas es el mejor camino para adiestrar a cualquier tipo de ave psitácida. El refuerzo positivo consiste en premiar al animal con comida o con una acción deseada por él (rascarle la cabeza, sacarlo de la jaula...), cuando lleva a cabo conductas que consideramos oportunas. Para tal fin, se emplean los alimentos favoritos del loro. Podemos fijarnos, a la hora de comer, qué tipo de grano ingiere primero, qué fruta come con más gusto etc., para emplearlos, más tarde, como premio a los comportamientos positivos.
Es conveniente dedicar, al menos, un cuarto de hora diario al entrenamiento de los loros. En ese tiempo, se les motivará para que hablen, para que levanten una de las patas, para que den una vuelta sobre sí mismos etc. En todo caso, cuando los animales actúen correctamente, conforme a lo que se les demanda, deberá reforzarse positivamente ese actuar y entregarles el premio de manera inmediata.
Las pipas de girasol son una excelente “chuchería” para estas aves. Su dieta no debe basarse, de manera exclusiva, en este tipo de alimentos. No obstante, es conveniente que tomen, también, algunos granos al día. De esta forma, puede aprovecharse el mecanismo del “refuerzo positivo” para proporcionarles la pequeña dosis de pipas diaria.
Requisito imprescindible es que el animal desee el premio, por consiguiente, si lo tira o deja de gustarle, deberá sustituirse por otro.
Foto: Jesús Miguel Albarrán Alías