El día 13 de junio se conmemora el fallecimiento de San Antonio de Padua.
San Antonio de Padua, nacido en la ciudad de Lisboa en el año 1195 aproximadamente, destacó en todo el mundo por sus grandes virtudes y devoción por la religión. Creció en el seno de una familia aristócrata y durante su juventud, fue el momento en el que ingresó en el Monasterio de la orden de San Agustín, donde tomó el hábito y se dedicó en cuerpo y alma al estudio de los Textos Sagrados. Más tarde, se trasladaría a Coimbra para continuar con su formación religiosa; aunque acabaría ordenándose como Sacerdote Franciscano.
El sobrenombre de la ciudad italiana de “Padua” se debe a que San Antonio adquirió una gran popularidad a causa de su bondad a lo largo y ancho de las tierras francesas e italianas. En torno a 1231, comenzó a padecer una enfermedad por la que sus órganos vitales no funcionaban correctamente, falleciendo el día 13 de junio de ese mismo año en el Convento de las Clarisas Pobres.